Mejorar la toma de decisiones, planificación y proyectos
Mejorar la toma de decisiones, planificación y proyectos
Rendir cuentas a la ciudadanía, colaboradores y donantes, mostrando elementos concretos de éxito y los desafíos que tenemos por delante.
Fortalecer nuestra propuesta a sistemas públicos educativos nacionales y a la comunidad educativa internacional.
Generar una cultura de la evaluación común en Fe y Alegrías e instalar capacidades para mejorar la gestión del conocimiento.
Una evaluación de impacto se plantea desde una lógica sistémica, que busca identificar las dimensiones claves de la intervención (los recursos disponibles, los procesos realizados y los resultados esperados) y analizar las relaciones de causalidad existentes entre unas y otras, considerando siempre el contexto en el que se realiza. Además, permite identificar los efectos a largo plazo, positivos y negativos, producidos por una intervención.
Llevamos adelante este tipo de evaluación porque queremos conocer, tener evidencias de lo que hacemos con los insumos que tenemos, los procesos que realizamos y si estos se transforman en los cambios que queremos producir en la población con la que trabajamos.
Fe y Alegría nació en Venezuela en 1955 y, a lo largo de todos estos años de trayectoria, hemos realizado numerosas evaluaciones de nuestro trabajo.
Nos hemos evaluado, fundamentalmente, como forma de aprendizaje, ya que, como compartimos en nuestro Sistema de Mejora de la Calidad Educativa, consideramos que “no se trata tanto de evaluar la calidad, sino de mejorarla” y es nuestra intención seguir aprendiendo y mejorando siempre.
Además, nos hemos evaluado para dar cuenta a nuestros colaboradores, a los donantes, a los estados nacionales y provinciales, a quienes consideramos socios fundamentales en nuestra misión de educar para transformar.
Sin embargo, nos hacía falta contar con otro tipo de evaluación. Con una evaluación que nos muestre cómo se ha transformado la vida de nuestros estudiantes y sus hogares, la comunidad en la que nuestros centros educativos se insertan, construyen y dinamizan el tejido social, la gestión educativa y las políticas públicas.